Mismo día, mismo asunto, pero dos discursos con matices muy diferentes que anticipan una legislatura salpicada de roces, enmiendas y matizaciones entre los socios del nuevo Gobierno PSOE-Podemos. La primera disensión se produjo ayer, apenas dos días después de que los ministros tomaran posesión de sus cargos. La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, reiteró, ante un auditorio repleto de representantes empresariales e inversores internacionales, reunidos en Madrid con motivo del Spain Investors Day, que el Ejecutivo atajará los aspectos más lesivos, o abusivos, de la reforma laboral y no su derogación completa, como pretende Unidas Podemos y está previsto en el programa de coalición.
Poco antes, la ministra de Trabajo, la morada Yolanda Díaz, se había apartado de la senda fijada por la superministra de Economía al no descartar en una entrevista en televisión una derogación de facto de la reforma del mercado de trabajo ni renunciar a la pretensión de Podemos de volver a encarecer el despido, un aspecto que consideró “clave” y que, según anticipó, “se va a trabajar en el marco del diálogo social”. “Lo que va a hacer este Gobierno es cumplir con lo acordado”, respondió Díaz a la pregunta sobre si el Ejecutivo va a derogar total o parcialmente la reforma laboral. En el pacto programático entre Sánchez e Iglesias, lo que figura es una derogación de facto.
Eso sí, la titular de Trabajo levantó el pie del acelerador al señalar que dicha abolición no será súbita, sino que se acometerá en dos fases. Una primera mediante la derogación “de inmediato y con urgencia” de aspectos como la primacía del convenio de empresa sobre el sectorial o del artículo de la ley que permite que un trabajador pueda ser despedido por la acumulación de bajas por enfermedad, aunque sean justificadas. Y una segunda con la elaboración de un nuevo Estatuto para los Trabajadores del siglo XXI, que constituye una de las promesas estelares del PSOE de Pedro Sánchez.
¿ENCARECER EL DESPIDO?
Harina de otro costal es elevar de nuevo la indemnización por despido. Calviño, que ayer quiso transmitir un mensaje nítido a la comunidad económica ante los recelos que suscita la presencia de Podemos en el Ejecutivo al señalar que “España es un país fuerte y un socio en el que se puede confiar”, ya dejó clara su postura sobre este asunto semanas atrás al rechazar que los costes de despido en España sean bajos. “Que se considere que esto es muy barato es relativo. Cuando hacemos una comparación internacional, nuestro país no sale particularmente bajo”, señaló la vicepresidenta a finales de noviembre. Desde entonces, ha defendido que el retoque de la reforma laboral debería ceñirse a los “aspectos más lesivos”. En este sentido, la concesión ayer a Podemos fue elevar algo el tono de sus afirmaciones al comprometerse a enmendar los factores que el nuevo Gobierno considera ‘abusivos’. “Hay una serie de áreas identificadas como abusos que hay que frenar”, afirmó Calviño que, junto a la necesidad de cambios en la negociación colectiva, abogó por “asegurar una mayor calidad del empleo y pagar salarios adecuados”, algo que, añadió, “no es un caso aislado de España, sino que la propia Comisión Europea ha señalado precisamente la necesidad de creación de un salario mínimo europeo”.
Los cambios introducidos en la legislación laboral en 2012 fueron una de las reformas estructurales del Gobierno de Rajoy más aplaudidas en el ámbito internacional por organismos como el FMI, la OCDE o Bruselas, los mismos que ahora observan con lupa el arranque del nuevo Ejecutivo y que no verían con buenos ojos una marcha atrás. A sus advertencias se suman las de los empresarios y organismos nacionales, con el Banco de España a la cabeza. Su gobernador, Pablo Hernández de Cos, defendió el martes, en el mismo foro y ante una audiencia similar a la de la vicepresidenta de ayer, que la reforma laboral de Rajoy fue una “palanca eficaz” para crear empleo y elevar la competitividad de la economía española, mientras que BBVA Research pidió ayer al Ejecutivo analizar los pros y contras de la reforma laboral y conservar “los aspectos positivos” (ver información pág. 26).
A la vista está que los grandes organismos nacionales e internacionales, incluidas las agencias de ráting, no verían con buenos ojos una reversión total de la reforma laboral de 2012, y aún menos en un entorno de evidente desaceleración de la actividad, de freno en la creación de empleo y de incremento del paro por primera vez desde 2013. Calviño es consciente y de ahí que ayer se esforzara en dejar claro a los inversores que “España puede demostrar que con una política económica responsable, realista, coherente y moderada, con responsabilidad fiscal y una agenda clara de reformas estructurales, se puede hacer que dos mas dos sumen mucho más que cuatro”.
La ministra quiso poner como garantía de estabilidad el año y medio que lleva como ministra, en que “hemos logrado muchas cosas buenas gracias a políticas responsables”, y “continuaremos empujando a partir de ahora”. Respecto al otro asunto en el que la relación entre PSOE y Podemos puede provocar fricciones, la reforma de las pensiones, Calviño destacó la presencia de José Luis Escrivá, expresidente de AIREF, al frente del Ministerio de Seguridad Social como señal de “compromiso por asegurar la sostenibilidad del sistema público de pensiones”.
Fuente: Expansión Pro-Orbyt