- Las horas trabajadas en el segundo trimestre se desplomaron un 25%
- Sin embargo, la tasa de paro apenas subió unas décimas en esos meses
- Los Erte y otras ayudas ha evitado el desempleo en los indicadores 'oficiales'
La crisis del covid-19 está dejando una ristra de indicadores económicos que quedarán para la historia por presentar variaciones sin precedentes. Buen ejemplo han sido las históricas caídas del PIB en el segundo trimestre y la fuerte recuperación del tercero o el avance de la deuda pública. Sin embargo, la tasa de paro, uno de los indicadores más populares y seguidos, apenas se ha movido durante esta crisis, al menos hasta la fecha.
La mayor crisis en décadas aún no ha generado grandes cantidades de parados gracias a la rápida implantación de los Erte, los créditos blandos a empresas y otras medidas. Estas medidas, probablemente acertadas, han ocultadoel golpe real que ha sufrido el mercado laboral, un impacto sin parangón que queda a la luz ante el desplome sin precedentes de las horas totales trabajadas.
Las personas en Erte o con reducciones de jornada siguen apareciendo como ocupados y, por ende, no engrosan las listas del paro, por lo que la tasa de desempleo se ha mantenido relativamente estable en España y en otros países de Europa. Sin embargo, el global de horas trabajadas en el principal empleo ha sufrido caídas sin precedentes en todos los países de Europa, siendo España una de las economías con un descenso más pronunciado, prueba de que la crisis está golpeando a sectores clave de la economía nacional. El total de horas trabajadas es como la prueba del algodón.
No cae el empleo pero se desploman las horas trabajadas
Durante esta crisis se ha producido un fenómeno inédito en el mercado laboral. La mayor caída del producto interior bruto en décadas apenas ha destruido empleo, tanto si se analiza el número de ocupados como el de personas que están desempleadas y buscan trabajo de forma activa (tasa oficial de paro). La tasa de paro ha subido poco más de dos puntos porcentuales hasta rebasar el 16%, frente a ascensos de más de diez puntos porcentuales en crisis pasadas. Los Erte y otras ayudas (autónomos por ejemplo) han impedido que todas las personas afectadas 'afloren' como parados.
Sin embargo, las horas trabajadas han sufrido un desplome sin parangón. Mientras que en el segundo trimestre de 2019 se trabajaron más de 8.500 millones de horas, en el segundo trimestre de 2020 las horas trabajadas cayeron a 6.410 millones, un desplome del 25% que no tiene comparación en las series de datos de Eurostat, la base de estadísticas de la Comisión Europea.
Como se puede ver en el gráfico comparativo entre países, la volatilidad de las horas trabajadas en España suele ser superior a la del resto de países de la zona euro. Esto se debe a que la economía española destruye mucho más empleo que el resto de países en las recesiones y también suele crear mucho más trabajo durante los periodos expansivos del ciclo, como pudo verse hasta el año 2007. El elevado peso de la temporalidad en el empleo, un marco laboral deficiente o una economía con un elevado peso de sectores muy estacionales (turismo) son algunas de las explicaciones que se suelen dar para justificar estos vaivenes en el empleo.
Por otro lado, las cifras también revelan la diferente composición de los sistemas productivos de cada economía así como el impacto que ha tenido el covid en cada país. Las economías con una mayor exposición a la industria y a las ramas del sector servicios que están más digitalizadas han podido sortear mejor el golpe de la crisis. Frente al desplome de horas trabajadas en España, Portugal o Grecia (todos ellos por encima del 20% en el segundo trimestre), Alemania o Países Bajos ha presentado caídas inferiores al 10%.
El caso opuesto al de España se encuentra en los países nórdicos, que aparecen a la cabeza en los índices de trabajos que pueden realizarse por remoto (desde casa) y que además han sufrido un impacto relativo menor en cuanto a muertes y contagios por covid. Países como Dinamarca, Noruega, Finlandia y Suecia han sufrido descensos de entre el 5 y el 6% en las horas trabajadas.
Fuente: Consejo General de Graduados Sociales de España