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LAS EMPRESAS ESPAÑOLAS SORTEAN LOS “SHOCKS” ECONÓMICOS Y REDUCEN SU ENDEUDAMIENTO A MÍNIMOS HISTÓRICOS

6 mayo 2024
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  • En 2023, continuó la tendencia de desapalancamiento empresarial, que comenzó en 2010

 

  • La posición financiera se mantendrá sólida en 2024, lo que favorecerá la reactivación de la inversión

 

Las empresas españolas han demostrado una notable capacidad de resiliencia ante los diversos shocks que han azotado la economía en los últimos años, desde la crisis derivada de la pandemia hasta el encarecimiento de los costes de producción y el endurecimiento de la política monetaria del BCE, según datos adelantados de CaixaBank Research. A pesar de la caída de su renta disponible en 2023, las empresas han logrado mantener una sólida capacidad de financiación y reducir su endeudamiento a niveles mínimos de más de dos décadas, lo que favorecerá la reactivación de la inversión.

Si bien la renta disponible empresarial experimentó una contracción del 4,3% en 2023 en comparación con el año anterior, este descenso se vio compensado en parte por un aumento del 3,6% en el beneficio de explotación, según el análisis de Sergio Díaz Valverde, autor del estudio. Sin embargo, este crecimiento se vio anulado por el incremento en el pago de impuestos sobre la renta de las sociedades (21%) y, en particular, por el aumento del 42,3% en las rentas netas de la propiedad a pagar, tanto por intereses como por dividendos.

A pesar de la caída de la renta disponible, las empresas españolas continuaron generando capacidad de financiación por noveno año consecutivo desde 2009. La inversión también se contrajo ligeramente (un 0,7% interanual), situándose en el 12,4% del PIB (frente al 13,5% en 2022). Como resultado, la capacidad de financiación empresarial alcanzó los 32.028 millones de euros, equivalente al 2,2% del PIB.

 

REDUCCIÓN DEL ENDEUDAMIENTO A MÍNIMOS HISTÓRICOS

 

Un aspecto fundamental de la resiliencia empresarial ha sido la reducción del endeudamiento. En 2023, la deuda neta empresarial se situó en el 57,8% del PIB, la cifra más baja desde el inicio de la serie histórica en 2008. Esta reducción se debe principalmente al aumento de la capacidad de financiación y a la amortización de deuda.

¿De qué manera han utilizado las empresas esta capacidad de financiación? Según los datos proporcionados por las cuentas financieras del Banco de España, se ha utilizado exclusivamente para reducir el endeudamiento, no para la compra de activos financieros. Para ser más específicos, en 2023, el endeudamiento consolidado (excluyendo la deuda entre empresas) disminuyó por segundo año consecutivo en 11.866 millones de euros (-1,2%), llegando a un total de 946.529 millones, lo que representa el 64,7% del PIB, 6,5 puntos menos que el año anterior. Esta es la proporción más baja desde 2001, casi 3 puntos por debajo del promedio de la eurozona y considerablemente menor que los niveles máximos de 2009-2010, cuando alcanzó cerca del 120%.

El informe también desvela datos sobre cómo las empresas han continuado su proceso de desapalancamiento iniciado en 2010, que se vio interrumpido por la pandemia en 2020. El año pasado, la deuda neta empresarial se redujo en 11.866 millones de euros, la mayor amortización desde 2014, impulsada por el fuerte crecimiento del PIB nominal (8,6%) y la disminución del saldo de deuda.

La reducción de la deuda se observó en todos los sectores empresariales, destacando la amortización de préstamos (cerca del 70% del total) y de valores emitidos de renta fija. Esta tendencia positiva refleja la solidez financiera del sector empresarial español y su capacidad para afrontar los retos económicos actuales.

La amortización de deuda en el año 2023 representa la más significativa desde 2014, lo que indica un compromiso firme por parte de las empresas para reducir su endeudamiento y mejorar su situación financiera.

Además, en los últimos años, se ha visto una disminución en la importancia de los préstamos bancarios como fuente de financiación para las empresas. En 2023, representaron el 47,3% de la deuda total, casi 5 puntos porcentuales menos que antes de la pandemia. Esta disminución está siendo compensada por un aumento en la emisión de títulos de renta fija, que son principalmente adquiridos por instituciones financieras, y por préstamos otorgados por no residentes.

CaixaBank Research también evidencia que las compañías vieron aumentar sus activos financieros en 85.759 millones de euros durante 2023, lo que representa un incremento del 2,8% hasta alcanzar un total de 3,13 billones de euros. Este crecimiento se debe principalmente a la revalorización de los activos existentes, especialmente de acciones y fondos de inversión (FI), que experimentaron un alza de 101.711 millones de euros, en línea con el positivo comportamiento de las bolsas.

Cabe destacar que, por primera vez desde 2012, las empresas desinvirtieron en activos materiales, registrando una adquisición neta negativa de 16.234 millones de euros. Esta desinversión se concentró en acciones y FI, mientras que aumentaron el efectivo, los depósitos y los títulos de renta fija.

A pesar de la desinversión en activos materiales, la riqueza financiera de las empresas sigue estando compuesta principalmente por participaciones en el capital de otras empresas y FI, representando cerca del 57% del total, lo que supone un aumento de 2 puntos porcentuales respecto al promedio de 2014-2019. El efectivo y los depósitos también experimentaron un crecimiento, mientras que los préstamos y otros activos, principalmente créditos comerciales, perdieron relevancia.

 

REACTIVACIÓN DE LA INVERSIÓN

 

La proporción de empresas con altos niveles de deuda disminuyó al 18,2% al finalizar 2023, comparado con el 20% del año anterior. Estos cambios deberían impulsar la reactivación de la inversión, que es un aspecto de la demanda que ha quedado rezagado en comparación con los niveles previos a la pandemia. Su recuperación completa es crucial para prolongar el actual período de crecimiento económico.

De hecho, estas muestras de reactivación inversora ya se están dejando ver. Según el XVI Informe de Inversión Española en Iberoamérica, realizado por IE University, Auxadi e Iberia en colaboración con Casa de América, las empresas están virando de nuevo hacia el otro lado del charco. Los datos revelan que el 76% de las empresas españolas tienen planes de aumentar sus inversiones en la región en 2024. Además, un amplio 82% de ellas espera un incremento en su facturación en América Latina en los próximos tres años. Este pronóstico refleja un clima de confianza y apertura hacia el mercado iberoamericano.

Además, los empresarios mantienen una percepción optimista sobre las economías iberoamericanas, con México, Chile, Colombia, República Dominicana y Uruguay como las más valoradas.

Sin embargo, persisten desafíos como la inflación y el riesgo político, que afectan la evolución de las ventas. En materia tributaria, Brasil y Argentina presentan los entornos más complejos, mientras que países como Panamá, Paraguay, Uruguay y República Dominicana resultan más atractivos para los inversores.

 

 

Fuente: elEconomista