- El horario acordado en las empresas crece, pero se mantiene por debajo de 37,5 horas semanales
- La negociación colectiva alcanza la meta fijada por Díaz para 2024 sin cambios en la normativa
- La jornada media pactada en convenio se consolida por debajo de las 40 horas semanales mientras el Ministerio de Trabajo trata de cerrar un texto con los sindicatos para llevar el límite legal a las 37,5 horas semanales a lo largo de 2025
La negociación entre los representantes de los trabajadores y las empresas sitúa el horario laboral promedio cerca de las 38,5 horas a la semana (y se sitúa en menos de 37,5 dentro de las compañías) según la Estadística de Convenios Colectivos actualizada hasta noviembre, lo que supone una ligera reducción respecto a 2023, si se tienen en cuenta los acuerdos cerrados en 2024 y los que fueron firmados en años anteriores pero que tienen efectos económicos hasta este periodo. Y en paralelo, se ha estrechado la brecha entre los convenios de empresa y los sectoriales, como consecuencia de un ligero repunte de la jornada acordada en el seno de las compañías este año.
Los planes iniciales del Gobierno –reflejados en el acuerdo de coalición– pasaban por implementar un máximo de 38,5 horas este año como punto transitorio antes de aplicar las 37,5 horas marcadas como meta por la vicepresidenta Yolanda Díaz (un requisito que fue impuesto por la parte socialista del Ejecutivo, según fuentes de esa negociación). Este fue el planteamiento trasladado a la mesa de negociación con CEOE, Cepyme, CCOO y UGT al que la patronal respondió que este primer objetivo ya se había conseguido a través de la negociación colectiva, como ponen de relieve estos datos, por lo que instaban a dar margen a las empresas para que pudieran avanzar en este mismo foro sin comprometer la productividad de los sectores que se verían más afectados (hostelería, comercio, agro ganadería o actividades inmobiliarias, de acuerdo con el estudio publicado por Cepyme). Las organizaciones empresariales sostuvieron esta posición durante once meses de negociación, tras los que el Gobierno decidió cerrar el debate y avanzar con CCOO y UGT.
Entre enero y noviembre se han firmado un total de 919 convenios colectivos (678 suscritos dentro de las empresas y 241 en el ámbito superior a estas) de los que dependen algo más de dos millones de trabajadores y con un alcance de tres años, en promedio. Son menos que los firmados en el año anterior (1.227, siempre con datos de noviembre) ya que en ese ejercicio se reactivó la negociación colectiva después del parón marcado por la pandemia y la crisis de inflación propiciada por la invasión rusa de Ucrania, tras la firma del V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, pero la cifra se sitúa en la media de los periodos anteriores y marca subidas salariales del 3,74% que superarán a la evolución media de los precios, que el Gobierno espera que cierre el año en el 2,9%.
La mayoría de los nuevos acuerdos afectan solo a una compañía y por tanto, el total de trabajadores que se sitúan bajo este paraguas es notablemente inferior (114.000). No obstante, son clave porque suelen ir un paso por delante en lo que se refiere a la negociación de la jornada laboral, dado que tienen lugar sobre todo en las compañías de mayor tamaño (y a menudo, más productivas). Tanto es así que el horario medio acordado en las empresas superó ya en 2022 el objetivo marcado por Trabajo de 37,5 horas semanales, ya que el promedio se situó en 1.704,62 horas al año y avanzó otro tanto en 2023 al recortar hasta las 1698,85 horas, una tendencia que se revirtió a lo largo de los últimos once meses en los que la media volvió a escalar a las 1.709,25 horas anuales. Algo que no ha impedido que se mantenga por debajo de estas 37,5 horas, según los baremos que acompañan a la estadística que fijan que esta jornada equivale a 1.712 horas al año.
En cambio, son más de 1.822.000 los empleados que están bajo el paraguas de los convenios pactados en el ámbito sectorial o territorial en los que la jornada media acordada hasta noviembre se situó en 1.746,57 horas anuales (cerca de las 38,5 horas a la semana) frente a las 1.762 recogidas en los acuerdos laborales que habían sido firmados en años anteriores y se extendían hasta 2024, una cantidad que se sitúa en la horquilla que se aproxima a las 39,5 horas. Los 214 acuerdos de este tipo firmados a lo largo de 2024 también representan un número bastante más reducido que el anotado en 2023 hasta noviembre (328).
En diferentes encuentros con los medios de comunicación, los dos principales sindicatos a nivel nacional han reconocido que se ha dado un cierto freno en la negociación colectiva ante la incertidumbre que se está generando en los representantes de los trabajadores al no poder anticipar cuál va a ser la jornada de trabajo del próximo año y si se va a producir una subida implícita del salario. La propuesta que está sobre la mesa defiende que se implementen las 37,5 horas y se mantenga el sueldo, lo que supondrá un incremento salarial en todas las compañías que se encuentren por encima de esa referencia.
De esta manera, en el tiempo transcurrido desde que se verbalizó por primera vez este compromiso (antes de las elecciones generales de 2023), la parte empresarial no ha tenido incentivos para acordar jornadas más reducidas o mejores salarios tras el incremento de costes laborales asociado a la reforma del sistema público de pensiones. Esto, además, se suma al listado de medidas que la vicepresidenta se ha comprometido a llevar a cabo después.
La patronal y los sindicatos pusieron en marcha una mesa de negociación a finales de 2023 con el objetivo de acercar posturas respecto a la reducción de la jornada laboral. A inicios de este año, CCOO y UGT denunciaron que no se estaban produciendo avances significativos y el Ministerio de Trabajo decidió convocar a las dos partes para iniciar la negociación cuyo resultado daría lugar al cambio legislativo pactado por PSOE y Sumar en el acuerdo de coalición.
En los once meses de conversaciones, Díaz dirigió sus propuestas a las organizaciones empresariales con un plan de asesoramiento a pymes y ayudas para la contratación de un trabajador que cubriera el exceso de jornada. Ninguna de estas ofertas cambió la posición de la patronal, por lo que Trabajo decidió avanzar solo con los sindicatos. Actualmente, las partes trabajan en afinar un documento pese a no contar con los apoyos parlamentarios suficientes para aprobar la medida, ya que fuentes empresariales trasladan que Junts les ha garantizado su 'no'.
Fuente: elEconomista