El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá informó ayer de que en las últimas semanas los trabajadores que estaban afectados por un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) se están reincorporando a la actividad con algo más de dinamismo. De esta forma, aunque la media de ocupados en ERTE en marzo es de 804.000 trabajadores, a fecha del lunes pasado, eran 783.000 los asalariados que aún estaban en uno de estos ajustes.
Así lo anunció el ministro ayer durante la presentación de una nueva base de datos estadísticos sobre ERTE e incapacidad temporal durante la pandemia entre los que destacó que si el Gobierno no hubiera tomado las medidas de protección de rentas que ha adoptado, el empleo medido por la afiliación a la Seguridad Social habría llegado a caer más de un 20% en abril y aún hoy el retroceso de la ocupación estaría en torno al 6%. Esta evolución de empleo en la pandemia con medidas de protección y sin ellas es lo que Escrivá ha denominado una recuperación con forma de candil y respecto a la que ayer dijo: “Esperemos que aquí termine la historia del candil. Y que se retome la vuelta a la recuperación del empleo, aunque quede algún mes más del candil”.
Precisamente por estos efectos positivos de medidas como los ERTE y las ayudas a autónomos, el ministro volvió a defender el esquema diseñado por su departamento para incentivar con más exoneraciones de cotizaciones a los trabajadores que se incorporan parcial o totalmente de un ERTE que a los que permanecen en él, dentro de una misma empresa. Es más, aunque dijo que el diseño de los ERTE a partir del 31 de mayo aún no se ha empezado a discutir con los agentes sociales y dependerá de la evolución sanitaria de la pandemia, sí mostró su intención de retomar esas mayores exoneraciones para quienes se incorporen de los ERTE.
Este esquema de ERTE no convencía ni a patronal ni a sindicatos pero Escrivá asegura que es, precisamente, el que ha permitido que España haya sido el segundo país de la UE, solo por detrás de Holanda, que más trabajadores ha reincorporado a la actividad, con una cantidad de trabajadroes reactivados cercana al 80%, frente al 54% de Alemania o al 75% de Francia.
Además, el ministro añadió que para más adelante, cuando el Gobierno se siente a negociar el diseño estructural de la figura del ERTE más allá de la pandemia, algo a lo que se ha comprometido con Bruselas, este mecanismo servirá para las reestructuraciones sectoriales de algunas actividades que no volverán a tener el mismo nivel de empleo precrisis, por lo que tendrán que estar muy vinculados a cursos formativos y de recapacitación que permitan a trabajadores salir de un sector para ir a otro.
Los datos incluidos en la web presentada ayer reflejan otras situaciones como que un 20% de los afectados por ERTE tenían un contrato temporal. Asimismo, apuntan una mayor estancia en los ERTE de los jóvenes, trabajadores de mayor edad o temporales frente al resto. Los hombres estuvieron unos quínce días de media más que las mujeres en un ERTE y la diferencia fue parecida entre los fijos y los eventuales en favor de los indefinidos.
En lo que se refiere a las bajas por incapacidad temporal, Escrivá ha notificado la existencia de 3,8 millones de bajas, de las cuales 1,3 millones han sido de trabajadores infectados directamente por Covid-19 y otros 2,5 millones corresponden a ocupados que han tenido que estar en cuarentena por ser contactos estrechos de un infectado. El coste de estas bajas se calcula de unos 2.000 millones cuando termine mayo.
Para esa fecha, a esa cuantía el ministro añadió otros 7.000 millones para exoneraciones de cotizaciones a las empresas por trabajadores en ERTE; 9.000 millones de euros más para ayudas y exoneraciones de cuotas de autónomos, más las cuantías gastadas en prestaciones a los incluidos en ERTE desde el 14 de marzo, con lo que recordó que la factura total de este esquema de protección contra los efectos de la pandemia ascenderá en mayo a unos 40.000 millones de euros.
Caída del PIB
En este escenario, el titular de Inclusión auguró que la economía española experimentará un leve retroceso en el primer trimestre del año, confirmado de esta forma las previsiones de caída de PIB entre enero y marzo avanzadas ya por organismos como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) o el Banco de España.
Escrivá se sirvió de la evolución de los datos de trabajadores que se incorporan a la actividad desde un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para señalar que “aunque hay recuperación de trabajadores en ERTE sobre todo a partir de febrero lo más probable es que veamos una caída (de PIB) pequeñita” en el primer trimestre del año. Y ha corroborado su estimación: “es muy difícil que (el PIB) termine en positivo” al final del trimestre.
El Banco de España ha sido el último que, temiendo una nueva caída del PIB este primer trimestre, rebajó ayer su previsión de crecimiento para este año del 6,8% que estimó en diciembre al 6%. Estas cifras revisadas del Banco de España se alejan de las más optimistas del Gobierno que prevén un avance inercial del 7,2% que aspira a elevar lo al 9,8% con las ayudas europeas.
Fuente: Consejo General de Graduados Sociales de España