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EL BANCO DE ESPAÑA DA POR PERDIDA LA PRIMERA MITAD DEL AÑO Y RESTA POTENCIA A LA RECUPERACIÓN A PARTIR DEL VERANO

24 marzo 2021
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  • Rebaja el crecimiento para 2021 en ocho décimas hasta el 6%
  • Para el primer trimestre contempla una caída del PIB del 0,4%
  • El despliegue de las vacunas será la clave para establecer el inicio de la remontada

El Banco de España empeora sus previsiones para este año al retrasar el inicio de la recuperación al segundo semestre. En concreto, en su escenario central, ha rebajado el crecimiento para 2021 en ocho décimas hasta el 6%. Los economistas de la institución comienzan a dar por perdida la primera mitad del año y esperan que las vacunas permitan la retirada gradual de las medidas de contención, hasta su desaparición prácticamente plena a finales del ejercicio. Para el primer trimestre contemplan una caída del PIB del 0,4%.

El Banco de España ha rebajado sus previsiones de crecimiento debido al débil inicio del año marcado por la lentitud en el despliegue de las vacunas y los nuevos rebrotes que han obligado a adoptar nuevas restricciones de movilidad. La institución da por perdido el primer semestre del año y espera que la actividad económica repunte a partir de verano, a medida que se vaya completando el proceso de vacunación y el levantamiento de las restricciones.

Como en anteriores ocasiones, los analistas del Banco de España contemplan tres escenarios para la economía española, en el que difieren la distinta evolución de la pandemia y sus consecuencias económicas. En el escenario central, según el Banco de España, el PIB crecerá un 6% en media anual en 2021, ocho décimas menos que en las anteriores estimaciones.

Principalmente, se debe al inicio débil de arranque del año y los nuevo rebrotes del virus. De hecho, el supervisor anticipaba una caída del 0,4% en el primer trimestre del año. Pero también al impacto de mayor nivel del precio del petróleo, un tipo de cambio del euro algo más apreciado, tipos de interés a largo plazo algo mayores y una implementación ligeramente más tardía de los fondos europeos para la reconstrucción.

"El consumo privado habría experimentado probablemente un ligero descenso en el primer trimestre, debido al aumento de la severidad de las medidas necesarias para contener la pandemia en los dos primeros meses del año", explican los expertos. El escenario central contempla la posibilidad de que en los próximos meses surjan nuevos brotes de la enfermedad, cuya contención requeriría aplicar medidas de contención similares a las vigentes recientemente.

Parte de la esperada recuperación se traslada a 2022. "El pronunciado dinamismo del PIB en el segundo semestre de 2021 daría lugar a un potente efecto arrastre en 2022, de modo que el producto de la economía presentaría un avance también elevado el próximo año (del 5,3% frente al 4,2% anterior), antes de moderarse en 2023 (1,7%, sin variación respecto a las previsiones de diciembre).

Las peores previsiones para este año también son contempladas para el escenario severo y para el suave. En el caso del severo, incluye la posibilidad de un repunte de mayor intensidad de la enfermedad a corto plazo, que requeriría un endurecimiento de las medidas de contención por encima de los niveles vigentes en los dos primeros meses del año. Además, la inmunidad de la población se alcanzaría de forma más tardía. El crecimiento para 2021 se limitaría al 3,2% frente al 4,2% anteriormente estimado. Y se aceleraría en 2022 al 4,6%.

Para el escenario suave, que asume una evolución más favorable de la pandemia desde el segundo trimestre de este año y una distribución de las vacunas más rápida, el repunte anual del PIB alcanzaría un máximo del 7,5%, nueve décimas menos que el cuadro elaborado en diciembre. Para 2022 el ritmo de PIB crecería a un ritmo anual del 4,8%.

La recuperación de los niveles de PIB pre-pandemia tendría lugar en 2023 en el escenario central y se adelantaría algo más de un año en el escenario suave, mientras que, en el severo, el nivel del PIB se mantendría todavía, al final del horizonte de proyección, algo por debajo del observado antes de la crisis sanitaria.

Los riesgos más allá del corto plazo se reducen

Para los economistas del Banco de España será clave la próxima evolución del ahorro y del gasto. El ahorro de los hogares aumentó intensamente durante 2020, como consecuencia de las restricciones que las medidas de contención vigentes en cada momento impusieron sobre la materialización de cierto tipo de gastos y, en menor medida, debido a un comportamiento más precavido de los consumidores, dado el elevado grado de incertidumbre. Ello ha dado lugar a una acumulación de ahorro histórica que, una vez resuelta la crisis sanitaria, estos agentes podrían destinar, al menos en parte, al gasto. Según las previsiones del Banco de España, el consumo privado crecería en 2021, bajo el escenario central, un 8,8%, tasa que se elevaría hasta el 10,7% en el escenario suave y alcanzaría el 6,1% en el severo. Una vez plenamente resuelta la crisis sanitaria y restablecidos los niveles habituales de gasto, las tasas de avance del consumo tenderán también a moderarse, aunque serán todavía relativamente elevadas en el promedio de 2022 debido a los efectos arrastre positivos con origen en la segunda mitad del presente año.

No todo son malas noticias. El Banco de España considera que los riesgos que rodean a la economía española se están reduciendo, sobre todo, más allá del corto plazo. "La incertidumbre ha tendido a mitigarse en los últimos meses al confirmarse la efectividad de las vacunas, lo que ha reducido la probabilidad de materialización de los escenarios más desfavorables", destacan en el informe. También se ha reducido como consecuencia del paquete fiscal recientemente aprobado en Estados Unidos y del acuerdo para la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Por otro lado, las previsiones de desempleo mejoran pese a que el Banco de España plantee un retraso en la recuperación. En el escenario central, la tasa de paro a final de 2021 se situará en el 17% frente al 18,3% estimado en diciembre. A partir del segundo trimestre, las horas trabajadas retomarían una senda ascendente, en línea con la recuperación del PIB, explica el Banco de España. Bajo el escenario central, el crecimiento de esta variable en 2021 sería del 7,5%, avance que se moderaría hasta el 5% y el 1,7%, respectivamente, en 2022 y 2023. Como reflejo de la evolución del empleo, la tasa de paro empezaría a descender, en este escenario central, a lo largo de 2021, aunque se mantendría por encima de los niveles prepandemia hasta mediados de 2023. A finales de 2019, la tasa de paro se situaba sobre el 14%.

El Banco de España estima que el déficit público cerró en el 10,5% del PIB el pasado año y prevé un descenso paulatino a lo largo del periodo analizado. Así, estima una reducción hasta el 7,7% este año, al 4,8% en 2022 y al 4,4% en 2023 en el escenario central, con lo que al final del periodo aún se situaría en cotas "muy elevadas" y por encima de los niveles prepandemia.

A pesar del crecimiento del PIB, la deuda pública estaría aún en el 117,6% del PIB en 2023, prácticamente la misma tasa que este año (117,9%). En el escenario severo, la ratio se sitúa por encima del 125% a final de 2023. En el suave, baja del 113% para todo el horizonte de proyección.

Solo se ejecutarán la mitad de las inversiones del fondo de la UE

Respecto a la evolución de los precios, en términos de las tasas medias anuales, se espera que, bajo el escenario central, el IPC armonizado repunte desde el -0,2% de 2020 hasta el 1,4%, 0,8% y 1,2%, respectivamente, en cada uno de los tres años posteriores.

El Banco de España indica que estas previsiones están realizadas bajo el supuesto de que las medidas aprobadas en 2020 para combatir los efectos del Covid-19 han aumentado el gasto en torno a 3,5 puntos del PIB (más de 35.000 millones de euros) y el impacto para el resto de los años sería de 1,4 puntos en 2021 (unos 15.000 millones) y de 0,3 puntos tanto en 2022 como en 2023 (más de 3.000 millones).

Sobre la ejecución de las inversiones derivadas del programa europeo, el Banco de España asume ahora un retraso de un trimestre en los gastos de inversión financiados por el programa. Como resultado, en 2021 se incorpora el 100% de los gastos corrientes y el 55% de los gastos de inversión anunciados por el Gobierno para ese año, mientras que en el horizonte 2021-2023 se incluyen el 80% de las transferencias totales disponibles, tanto para consumo corriente como para inversión.

Fuente: Consejo General de Graduados Sociales de España