España estaría dispuesta a extender los ERTE hasta finales de año e incluso hasta entrado 2021 en el caso de los sectores más castigados por el impacto económico del coronavirus, según la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
En una entrevista con Financial Times, Díaz reconoce las dificultades que afrontan muy especialmente algunos sectores, como el turismo, las aerolíneas, el sector marítimo y la industria del ocio y la cultura. Todos ellos pronostican que en 2020 su actividad no se parecerá en nada a la de otros años.
“El Gobierno va a estar ahí para los sectores que más lo necesiten. Sin ninguna duda”, asegura. “No tendría ningún sentido haber llevado a cabo este esfuerzo gigantesco y sin precedentes que hemos realizado en la economía española con el fin de preservar los empleos, para luego dejar que todo se desvanezca”.
Díaz, miembro del bloque de izquierda radical que representa Podemos dentro del Gobierno de coalición firmado entre PSOE y Podemos y una de las primeras comunistas dentro del Ejecutivo español desde la Guerra Civil, reitera su respuesta cuando se le pregunta si las ayudas a los ERTE se extenderán incluso más allá de fin de año.
Recientemente la ministra negoció una extensión de tres meses para estos esquemas de emergencia, que deberían haber expirado el pasado 30 de junio.
Según explica Díaz, el Gobierno español tomará una decisión definitiva sobre la duración de los ERTE en septiembre y lo hará tras debatir las opciones que pueda haber sobre la mesa con los representantes de la patronal y los sindicatos y después de analizar las cifras y los datos que arroje la actividad económica durante la temporada de verano.
El Estado paga el 70% del salario a los trabajadores que se hayan acogido al esquema de los ERTE. Actualmente hay dos millones de trabajadores bajo el paraguas de esta medida.
Este esquema, puesto en marcha para amortiguar el enorme impacto económico de la pandemia, es más generoso que otros recursos específicos preexistentes en el mercado laboral.
España es uno de los países ricos más afectados por la pandemia, tanto en el ámbito humano como en el económico. Según las previsiones del Banco de España, el Producto Interior Bruto (PIB) español podría hundirse hasta un 15% este año. El Gobierno es consciente de que, como consecuencia de ese desplome, uno de cada cinco trabajadores podría llegar a perder su puesto de trabajo.
En mayo, Díaz aseguró que los ERTE iban a tener un coste para el Estado de 3.300 millones de euros en transferencias y en torno a 1.400 millones de euros más en pagos a la seguridad social.España tiene más problemas de liquidez que otros países como Alemania o Francia; sin embargo, ha sido criticado tanto por empresarios como por sindicatos, por ser menos generoso que otros socios europeos a la hora de ofrecer apoyo económico a empresas y trabajadores.
Gracias a la primera extensión del esquema de los ERTE, que se aprobó a finales del mes pasado, los trabajadores tendrán más exenciones que antes de la prórroga en relación a los pagos a la seguridad social.
Algunos críticos opinan que este tipo de esquemas de ayuda van a crear una suerte de “empleos zombie” en la Unión Europea: se mantendrá a los trabajadores cobrando un salario aún cuando no tengan expectativas de volver a su empleo. Sin embargo, Díaz subraya que 1,5 millones de trabajadores han abandonado los ERTE y han vuelto a sus puestos de trabajo durante las últimas semanas; esta circunstancia ha reducido hasta 3,4 millones el número de trabajadores que permanecen acogidos al esquema. “El porcentaje es ahora la mitad de lo que llegó a ser”, explica. “Eso indica que, poco a poco, la economía está retomando la actividad”, añade.
La ministra de trabajo subraya también que la puesta en marcha de este sistema es un signo de que España ha sido capaz de sumarse a la corriente imperante en la UE, donde este tipo de recursos están más establecidos. Indica que, tras la crisis financiera de hace una década, sólo 60.000 españoles estuvieron cubiertos por esquemas de este tipo.
Cerca de un millón de los 19 millones de trabajadores que conforman la fuerza laboral en España perdieron su empleo durante las primeras semanas del confinamiento, entre marzo y abril. El Gobierno prohibió entonces el despido de manera temporal. Las empresas que se acogen al sistema de los ERTE se comprometen a no despedir a ninguno de los empleados señalados durante seis meses. Según Díaz, esto quiere decir que no habrá incrementos en la tasa de desempleo, al menos hasta fin de año.
Fuente: Expansión Pro-Orbyt